“Aún antes de ser acción, la misión es testimonio e irradiación”
(Redemptoris Missio, 26)
Con alegría, hace unos meses os hacíamos partícipes de la apertura, en tierras peruanas, de la nueva comunidad de misión de nuestra Congregación. Os contábamos un poquito cómo había sido el proceso. Queremos haceros partícipes de más cosas y pediros que continuéis acompañándonos con vuestra oración y cercanía.
Desde hace dos semanas, las cuatro hermanas que, si Dios quiere, a finales de enero pondremos rumbo a la nueva misión, hemos comenzado a vivir en comunidad. Hemos empezando así nuestro tiempo de preparación para la misión. Momentos de formación, de conocernos un poquito más, de rezar juntas. Momentos de compartir inquietudes y esperanzas, al pensar en la misión que la Congregación nos ha encomendado.
Aunque hasta finales de enero, estaremos en Madrid, ya nos acercamos a la cultura y sociedad peruana, a través de sencillas formaciones. Son varias las personas que con su testimonio nos muestran un poquito más lo que viviremos dentro de unos meses. Nos hablan de los elementos importantes de la cultura y sociedad peruana. De cómo vive la Iglesia y la vida religiosa en aquellas tierras. De cosas que son importantes y hemos de conocer. También tenemos espacio para hacer aquellas preguntas que pueden surgirnos al pensar en la nueva misión.
Siempre decimos que en la vida religiosa todo es formativo, y es cierto. En estas semanas nos hemos movido mucho. Paseos de un ministerio a otro para legalizar nuestros documentos, llamadas para hacer gestiones, consultas en internet, petición de citas previas. Todo ello para buscar y aclarar dónde ir y qué hacer. De paseo en paseo el Señor nos acompaña y cuida. Hemos conocido a personas que están siendo verdaderos regalos. Personas que nos están ayudando a que todo sea un poquito más fácil y llevadero.
Las cuatro hermanas que formamos esta comunidad, coincidimos en que estos primeros pasos, nos están sirviendo para sentirnos un poquito más cerca de muchas personas. También de aquellas, que, por distintas razones, salen de su país y se ven rodeados de gestiones que hacer para legalizar su situación, algo que no es fácil y lleva su tiempo. Nuestro día a día está siendo así. Vivimos con alegría, con esperanza, con ilusión, también con incertidumbre.
Miramos hacia delante y nos imaginamos nuestra misión en Bambamarca. Allí nos esperan pequeños regalos del Señor. Regalos que aún no conocemos, otros que sí. La casa donde viviremos ya está terminada. A nuestra llegada tendremos que acondicionarla (muebles, útiles varios…). Queremos que sea un hogar acogedor para todos los que se acerquen a ella. La misión, es del Señor, y por ello, un regalo para todos. Va tomando forma con la oración, la entrega, la dedicación, y la generosidad de todos y cada uno.
Os invitamos a seguir rezando por nosotras. Por las hermanas que vamos a vivir la misión in situ, pero también, por el resto de hermanas. Ellas, con su oración y vida entregada, son parte de la misma y la sostienen. La misión en Bambamarca necesita de la oración y de otros medios materiales. Si quieres puedes colaborar apadrinando la labor evangelizadora, haciendo tu pequeña aportación en esta cuenta:
ES63 0049 6791 7827 1601 0019.
Cada euro cuenta. Agradecemos tu aportación y oración.
Asun OMI
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