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El amor que brota de la cruz


La cruz oblata, recibida el día de la profesión perpetua, nos recordará constantemente el amor del Salvador que desea atraer hacía sí a todos los hombres y nos envía como cooperadoras suyas” (C67)



Esta constitución nos recuerda la llamada del Señor para ser instrumentos de su amor. Jesús dijo: “lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis”. Esta invitación nos hace mirar la cruz de Jesús con una mirada generosa ante tanto bien recibido y nos impulsa a salir de nosotras mismas y mostrar con pequeños gestos a los demás, en nuestro día a día, el amor que Dios les tiene. Un amor que no se fija en las apariencias, sino que penetra en lo más profundo de nuestro ser y nos recuerda, como dice san Pablo, que su fuerza se muestra en nuestra debilidad.

Durante estos 25 años de vida comunitaria, que celebramos hoy, hemos podido experimentar en nuestra propia vida estas palabras del Apóstol. Reconocemos que han sido años donde el Señor nos ha ido fortaleciendo y acompañando para, con valentía, seguir respondiendo a su llamada y dando vida al corazón de San Eugenio.


La alegría de compartir nuestro camino junto a otros nos lleva a tener presente hoy, de manera especial, a nuestros hermanos oblatos, que hoy comienzan la celebración de su 37º Capitulo General.


Damos gracias a Dios por todo y tanto que hemos recibido en estos 25 años y con el salmista cantamos: “El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”.


Asun OMI

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