¿Cómo saber cuál es mi vocación?

Ponte en camino
“No temas, yo estoy contigo”
(Is 49, 10).
Antes de comenzar a caminar debemos equiparnos, preparar la mochila y un buen calzado para poder andar. Aquí te queremos ofrecer alguna ayuda, para que te puedas orientar en tu camino de búsqueda de lo que Dios quiere para tu vida. Es un camino apasionante, pero como te dice el Señor: “No temas, yo estoy contigo” (Is 49, 10).
Recuerda que discernir es ir separando lo que vamos viendo, lo que sentimos, lo que vivimos y poner luz para ver con claridad. Y esto no lo podemos hacer solos.
El corazón es el lugar donde nacen nuestros deseos más profundos, dónde nos podemos sentir queridos y aprender a querer a los demás. Si estás en camino de búsqueda, tu corazón es como una brújula que te va a indicar la dirección. Allí el Señor también te puede hablar. Por eso conviene que lo tengas “a mano” y abierto para escuchar. Pide al Espíritu Santo que te lo abra y puedas “ver con el corazón”.

Abre el corazón
“Sobre todas las cosas
cuida tu corazón, porque
de él mana la vida”
(Proverbios 4,23)

Escucha
Escuchar es un arte que podemos aprender cuando dejamos de un lado lo que nos da vuelta
en la cabeza.
Aprender a escuchar no es solo cuestión de buenos oídos, sino pide toda tu persona. Así es también en el camino de tu búsqueda vocacional. Requiere prestar atención a lo que te rodea y cómo responde tu corazón a lo que experimentas. Para poder escuchar tendrás que hacer silencio. No temas silenciar un momento al día lo que habitualmente escuchas o ves. Te hará más libre para escuchar de verdad en tu interior lo que tu corazón te dice.
Rezar, orar, es dialogar con alguien que siempre te está esperando para escucharte. Con el corazón abierto y listo para escuchar puedes comenzar a dialogar con el Señor. Es algo sencillo pero al principio puede costar, pero como le pidieron los discípulos, “Señor, enséñanos a orar”, tú también puedes pedírselo. Puedes dedicar un tiempo a estar en un sitio tranquilo o delante de Jesús en el Sagrario o en la cruz y pídele que le puedas escuchar.

Reza
Reza, no hasta que Dios te escuche, sino hasta que
escuches a Dios.

Caminamos juntos
Es mejor cuando no vamos solos.
Es de gran ayuda, en cualquier camino, tener una persona que va a nuestro lado, conversa con nosotros y nos ayuda a descubrir el camino a seguir. Esta ayuda la podemos encontrar en el acompañamiento espiritual. Busca una persona con la que sientas confianza y que tenga experiencia en la vida espiritual. Puede ser un sacerdote, una religiosa u otra persona cristiana. Háblale de lo que vives y que experimentas en la oración. ¿Quieres que te acompañemos en tu camino?
Decidir nunca es fácil, porque pide que elijamos una cosa y dejemos la otra. Por eso tómate el tiempo que necesites, pero si has descubierto con más claridad el siguiente paso a dar en tu camino, no retrases la decisión por miedo a equivocarte, sólo se sigue viendo el camino si se va dando pasos. Como dijimos, Dios va con nosotros/as en este camino y nos guiará en cada uno de nuestros pasos. No tengas miedo, el miedo es lo contrario al amor. Fíate del Señor que te va guiando suavemente.

Decide
Cualquier camino requiere
que en algún momento
tomemos una decisión -
¿elijo este camino u otro?